Con el paso de los años, nuestras células pierden su capacidad de dividirse y formar nuevas células. Así se explica que nuestros órganos y tejidos tengan tanta dificultad para renovarse y que, en consecuencia, envejezcamos. Sin embargo, existe una excepción: las células madre, capaces de diferenciarse en cualquier tipo de células. El problema es que, una vez alcanzada la edad adulta, el número de estas células es muy limitado. Pero como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Medicina Molecular Max Delbrück en Berlín (Alemania) y del Centro de Inmunología Marsella-Luminy (Francia), podría haber una segunda excepción: los macrófagos, cuya capacidad de división y, por tanto, de regeneración, es ilimitada.
(más…)