
El deporte ha permitido a Alberto Suárez superar el mazazo de una enfermedad degenerativa en los ojos. Hace cuatro años, en una consulta rutinaria al oftalmólogo recibió esta dolorosa noticia.
Recién casado, con un trabajo estable y gran deportista, a Alberto le dieron ganas de salir corriendo. Eso hizo. Por recomendación de un amigo empezó a entrenar y ahora, cuatro años después, el atletismo se ha convertido en su mejor válvula de escape de la cruda realidad. La constancia y unas condiciones físicas naturales privilegiadas le han convertido en el mejor del mundo en maratón en su categoría. El sábado ganó la «San Silvestre» de Oviedo. El 9 de septiembre espera proclamarse campeón de los Juegos Paralímpicos.
El 6 de junio de 2010, en el maratón del Nalón, dio el primer aviso de sus posibilidades, al batir el récord del mundo de su categoría, en ese momento la B2. Siete meses después, cuando afrontó el Mundial paralímpico de maratón en Nueva Zelanda, Alberto Suárez era el mejor atleta y había empeorado de su enfermedad. Compitió en la categoría T-12, la anterior a la ceguera absoluta, y volvió a España con la medalla de oro y el récord del mundo.
Motivado, la evolución de Alberto Suárez le convirtió en un atleta imparable. Por eso fue capaz de rebajar en casi tres minutos su propio récord. De momento, ya tiene a buen recaudo los billetes de avión para estar en Londres el 9 de septiembre, fecha reservada en el calendario de los Juegos Paralímpicos para el maratón.
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Fuente: lne.es