Una estrategia de reprogramación de las células dañadas de los ojos consigue restablecer sus funciones.
lunes, 18 de enero de 2021
Los ratones con los nervios retinianos dañados pueden recuperar la visión gracias a la reprogramación celular.
Investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard han hecho recuperar la visión a ratones viejos y a otros con los nervios retinianos dañados. Lo han conseguido mediante la restauración de algunas de las miles de marcas quÃmicas que se acumulan en el ADN a medida que las células envejecen. El trabajo, publicado en .Nature, propone un nuevo enfoque para revertir el declive relacionado con la edad. Este consiste en reprogramar algunas células a un estado «más joven» desde el que presentan una mayor capacidad para reparar o reemplazar el tejido dañado.
«Es un hito importante», señala Juan Carlos Izpisua Belmonte, biólogo del desarrollo del Instituto Salk de Estudios Biológicos de La Jolla, California, que no participó en el estudio.
«Estos resultados muestran claramente que puede estimularse la regeneración de los tejidos en los mamÃferos.»
Pero los investigadores también advierten que el trabajo se ha llevado a cabo hasta ahora solo en ratones, y queda por ver si la estrategia podrá trasladarse a las personas, o a otros tejidos y órganos que sufren el desgaste del tiempo.
Enfoque visionario
El envejecimiento afecta al cuerpo de múltiples maneras. Entre ellas, se añaden, eliminan o modifican ciertos grupos quÃmicos en el ADN, como el grupo metilo. Estos cambios «epigenéticos» se acumulan a medida que una persona envejece, y algunos investigadores han propuesto identificar estos cambios como una forma de calibrar un reloj molecular, una forma de estimar la edad biológica. Dicha evaluación tiene en cuenta el desgaste biológico y puede diferir de la edad cronológica.
Ello ha planteado la posibilidad de que los cambios epigenéticos contribuyan a los efectos del envejecimiento. «Partimos de la siguiente pregunta: si los cambios epigenéticos son un factor
de envejecimiento, ¿es posible reajustar el epigenoma?», apunta David Sinclair, genetista de la Escuela Medicina de Harvard y coautor del estudio. «¿Es posible invertir el reloj?»
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